jueves, 26 de febrero de 2015

EXPIACIÓN

Dime que es el perdón. Dónde quedó la hipócrita verdad. Por qué la herida quedó abierta para que la locura del dolor hurgara en ella. La desdicha, la maldita desdicha ancló sus garras en un recóndito lugar de tu corazón. Un rictus depresivo quedó encarcelado en tu alma, consolado por tus silencios, aquellos que callaron para intentar olvidar. El brillo de tu mirada quedó oculto bajo párpados de brumosa resignación. Hasta que la expiación cayó sobre ti como lluvia fresca de la mañana para calar en cada rincón de tu alma, ofreciéndote el maravilloso regalo de un nuevo renacer. Y floreciste de nuevo y la pureza de una nueva realidad buscó cobijo en tu sonrisa para que el pestañeo de la felicidad brillara de nuevo en tu mirada.

Jose Luis Pico

No hay comentarios:

Publicar un comentario